Idiocia paterna crónica mediante, he vuelto al siglo de la desconexión. La red vuelve a estar inaccesible como lo estuvo hasta 1999, cuando leía sobre ella en revistas de informática y apenas conseguía imaginar lo que era.
En adelante la frecuencia de actualización de este blog caerá a niveles insuficientes casi para mantenerlo con vida. También decaerá hasta valores tan próximos a cero que los harán indistinguibles el número de blogs que podré leer. Estaré ilocalizable por mensajería instantánea y responderé con enorme tardanza cualquier correo electrónico que reciba.
Es triste de pedir... pero más triste es de robar... sin embargo ya estoy pensando en pillarme una tarjeta wireless a ver si puedo robarle un poco de ancho de banda a algún vecino despistadillo :DDD Aunque va a ser que no, porque gastarme el dinero para que luego ningún vecino tenga router inalámbrico de esos es un despilfarro.
En realidad no se está mal sin poder acceder a internet en casa: te da más tiempo para malgastarlo en otras historias (van listos quienes piensan que estudiaré más). Pero se echan de menos muchas cosas: la wikipedia, el diccionario de la RAE, toda la web, la mensajería instantánea...
En definitiva: una verdadera putada. Me pregunto si después de los exámenes de diciembre me quitarán el bazo o un riñón... por mi propio bien, por supuesto.
Ya nos veremos en los pocos ratos libres que tenga en la escuela o alguna vez que el mono me obligue a pagar para conectarme un rato.
lunes, octubre 10, 2005
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