Pues sí, acabo de franquear el umbral que da pie a la cuarta década de mi vida. Que ahí es ná.
Y sigo viviendo en casa de mis padres. Y aún no he viajado a Japón. Y soy mileurista y tampoco pude yacer con la Zeta-Jones. Y ni tengo pareja ni ganas. Y sigo leyendo comics, ci-fi, jugando videojuegos y perdiendo el tiempo de mil formas (procastinando, que dicen ahora en jerga 2.0).
Y para que comprendais la felicidad que me embarga en este mi trigésimo cumpleaños, os cuento en petit comité que estoy, hoy domingo y fecha remarcada, trabajando en casa unas horas extra que no me van a pagar.
Al menos, es día de elecciones y podré divertirme un poco viendo la cara del perdedor. La cantidad de millones a los que no tendrá acceso por no haber ganado sí que es un motivo de amargura.
domingo, marzo 09, 2008
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