Leí hace unos días que una mujer china murió de inanición tras pasar varios días jugando por internet sin pausa. La noticia no es, a estas alturas, muy sorprendente pues todos los años muere alguien por el mismo motivo. Lo que sí me llamó la atención fue el funeral online que sus amigos montaron en su memoria.
Ahora veo en Meneame que en otro juego MMORPG (juego de rol, online y multijugador) y también en China, se ha producido una manifestación virtual de protesta dentro del juego llegando a la cifra de 10000 manifestantes.
Y mucho ojito: que nadie piense que todo esto es absurdo. Los dos sucesos comentados pueden parecernos hilarantes pero las generaciones que nos siguen se las tomarán cada vez más en serio. En estos mundos ficticios se producen acciones muy reales como la compra/venta de armas mágicas (con dinero real) u otras propiedades inexistentes fuera del ordenador, bodas y otro tipo de relaciones personales (como ya lleva años ocurriendo en chats) que saltan de los píxeles a los juzgados/iglesias e incluso se ha llegado al asesinato físico originado por robos y estafas dentro del universo del juego.
A mis padres les extraña que, con 28 años, aún siga quedando con mis amigos para jugar al videojuego y siga viendo dibujos animados o leyendo comics. Les parecen actividades propias de niños, juegos que no van a ninguna parte y no aportan nada a un adulto. A nosotros nos parecerá raro que nuestros hijos hagan vida social dentro de un mundo tridimensional creado por un ordenador. Pero es el futuro.
miércoles, julio 19, 2006
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