La semana pasada comenté la iniciativa de Jorge Cortell y los problemas que tuvo que enfrentar para llevarla a cabo.
Finalmente ha sucedido lo que temíamos los más temerosos del Gran hermano. Los poderes públicos han silenciado -sólo dentro de su ámbito- a quienes luchan por sacar la verdad a la luz. Además de presionarle (al más puro estilo Corleone, amenazando a sus amigos) para que dimita han iniciado una campaña de desprestigio: conferenciante que se hace pasar por profesor universitario, ACAM dixit.
También lo cuentan El otro lado, Barrapunto y etcétera.
lunes, mayo 09, 2005
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