Algunos son muy vivos, se aprenden las letras y no paran de clavárselas a sus compañeros de trabajo y amigos. Canciones contagiosas que pasan de boca a boca sin que la SGAE vea un euro. Nuestro deber es acabar con toda esta infamia. El cuarto de baño es una de las bases de operaciones más utilizadas. Cantar bajo la ducha es una de las acciones más viles e impunes. ¿Cómo pueden sentirse Ramoncín, Ana Belén y otros adalides de la música digital al constatar que millones de personas, tal y como las trajeron al mundo, entonan sus canciones mitigando el sonido con el agua del grifo? Las amas de casa que canturrean mientras planchan la ropa, los ciclistas que silban descuidadamente, los músicos que pululan por los pasillos del metro, los mocosos que piden el aguinaldo molestando a los vecinos... Todos se han conjurado contra la SGAE.
miércoles, mayo 04, 2005
Diario de un agente de la SGAE
Divertida... ehh... ¿parodia? de lo que debe ser la vida de aquellos agentes de la SGAE que se dedican a rastrear usos no "permitidos" por ellos mismos de la música y otros elementos culturales. En la Asociación de internautas:
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