No encontré a ningún obispo en la manifestación. Estarían orando. Los miembros del clan de los Toños (ya saben, Cañi y Rouco) demostraron una vez más que son los legítimos herederos de la escoria que Jesús echó a patadas del templo. Son financiadores de basura en la radio episcolpal, violadores del mensaje cristiano, criadas de partido. Viven amancebados con el mal.
Manuel Rico.
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