Mitoclasta: Agua oxigenada

Yo pensaba que esto ya era harto conocido. Pero hace poco una amiga se hizo una herida (un rasguñito de nada) y me hizo correr en busca del botiquín perdido.

Tirita en una mano, agua oxigenada en la otra, espero paciente a que se mentalice del escozor que va a sentir en breve. Chorreón de H2O2 y burbujitas al canto.

- ¿Ves? ¿Ves la burbujitas? ¿Ves como sí estaba infectada?

Este es el mito que me propongo destruir inmisericorde. El agua oxigenada siempre echa burbujas al entrar en contacto con la sangre. Independientemente de que haya infección o no.

SAbed que nuestras células producen, como desechos del metabolismo celular, moleculas de agua oxigenada (compuestas por dos átomos de hidrógeno y dos de oxígeno). Estas moléculas son tóxicas por lo que necesitamos un mecanismo que dé buena cuenta de ellas. Este mecanismo es la enzima catalasa que se encarga de coger sus átomos y redistribuírlos en moléculas inocuas. Funciona de esta forma: coge dos moléculas de agua oxigenada (cuatro átomos de hidrógeno y cuatro de oxigeno) y forma dos moléculas de agua (dos hidrógenos y un oxígeno cada una) y una de oxígeno molecular (que son los dos oxígenos que sobraban).

Cuando echamos agua oxigenada en una herida, la catalasa está presente en la sangre y hace su trabajo. El oxígeno molecular que se foma es gaseoso y por eso forma burbujas en el líquido.

Pero si las burbujas no tienen nada que ver con la infección, ¿para qué echamos agua oxigenada en las heridas con lo que eso duele?

La idea es que el oxígeno que se forma en la reacción mate a las bacterias que podrían producir la infección. Muchas bacterias, como la Clostridium tetani causante del terrible tétanos, son anaeróbicas, mueren en presencia de oxígeno. Por eso se limpia la herida con agua oxigenada, para matar las posibles bacterias anaeróbicas que puedan haber llegado a la herida con el oxígeno que se libera.