Si la gente entendiese que si las ideas actuales hubiesen sido patentadas cuando fueron inventadas la industria estaría hoy totalmente paralizada… una futura empresa sin sus propias patentes será forzada a pagar cualquiera sea el precio impuesto por los gigantes.
¿Quién habrá dicho esa verdad como un templo? Pues fue Bill Gates en 1991. Lástima que su empresa se ha convertido en un gigante y ahora le conviene detener a los posibles competidores más pequeños.
Lo más indecoroso de todo es que tratan de hacernos creer que las patentes de software promueven el desarrollo y la innovación. Pero gracias a Bill Gates (quién lo iba a decir) ahora sabemos que es todo mentira.
NO A LAS PATENTES DE SOFTWARE EN EUROPA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario