Ayer, a la salida del colegio de aquí abajo, vi una niña que llamaba la atención. Pantalón ultra-ceñido, de cintura baja, con tanga alto, y apenas cubriendo el torso un trozo de tela poco mayor que un DIN A4 por delante y nada por detrás (una tiranta transparente de sujetador). La criatura no podía tener más de 13 años.
Entonces una amiga le gritó: "¡espérame guarra!" y se fueron las dos riéndose. Yo no quise decirlo antes pero... efectivamente iba vestida como una guarra. Supongo que ella no se da cuenta de lo que significa realmente que todo el mundo tenga tal consideración de ti. Supongo que ella sólo sabe que es muy guay vestir como las guarras de la tele. Quizás existe una vocación de ser guarra y yo soy demasiado ingenuo para verlo (demasiado tonto, en ocasiones, para aprovecharlo1).
- Fulanita qué quieres ser de mayor.
- Quiero ser miss guarra de España.
La reflexión que realmente quiero hacer es autocrítica: siempre he pensado que la célebre frase "cualquier tiempo pasado fue mejor" era una atrocidad. Siempre creí que los adultos envidiaban la libertad que ellos no pudieron disfrutar en su juventud. Sin embargo, según me voy haciendo mayor, me veo en situaciones que me despiertan cierto espíritu reaccionario. Yo intento no caer en falacias como la anterior, lo intento de verdad pero a veces no lo ponen nada fácil.
1Por si no queda claro, me refiero ahora a las de mi edad.
sábado, junio 04, 2005
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