Estamos "rehaciendo" los cuartos de baño. Para un día que no tengo clases por la mañana me despiertan los martillazos y el ruído de los escombros.
Todo está por medio. Todo está asqueroso. El polvo se acumula por doquier y el suelo se ennegrece por horas.
Me toca cargar locetas y amontonar sacas de cemento.
Pero todo tiene su lado positivo. No tengo que preocuparme si traigo las botas sucias o mojadas. Puedo pasear un vaso de agua por el piso sin tener que esforzarme para que no gotee. Y me gusta como está quedando.
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