Interesante artículo sobre el tsunami del Índico desde una perspectiva científica.
Al parecer se había previsto que el terremoto se produciría aunque no se conocía la magnitud ni el momento (lo esperaban para esta década). Así mismo se esperan otras dos oleadas en las próximos 20 años y después auguran dos siglos de tranquilidad sísmica en la zona.
En el mismo artículo nos recuerdan que está a punto de hundirse en el Atlántico un volcán de la isla La Palma que causaría olas de 50 metros de altura. Sevilla, donde vivo, está situada en medio de un embudo orográfico abierto hacia el Atlántico conocido como el Valle del Guadalquivir. La altitud de este embudo es ínfima y está flanqueado por varias cordilleras montañosas. Sevilla tiene una altitud media de 6 metros y su punto más alto (del terreno) es la Cuesta del Rosario que cuenta menos de 15 metros sobre el mar. Como ocurra, y hay quien está convencido de que ocurrirá, me veo muy muy mal.
Pero no acaba aquí la alarma. Como buen artículo catastrofista incluye una seria amenaza proveniente del espacio exterior. Nos advierten de que un asteroide de 95.000 millones de kilogramos pasará a 58.000 kilómetros de la Tierra el 13 de Abril del 2029 (me pillará con 41 años recién cumplidos). Teniendo en cuenta que la Luna está a más de 350.000 kilómetros de nosotros, pensar en ese asteroide me pone los pelos de punta. Y no sólo porque un ligero equívoco en los cálculos podría resultar en una colisión directa, pensad que un cometa va acompañado de miles de rocas, hielo y polvo y que muchos de estos objetos podrían ser atraídos versus la Tierra.
Pa mear y no echar gota.
(Pensaremos, mientras no ocurre, que sólo son noticias sensacionalistas).
miércoles, enero 12, 2005
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