Tras Jose entró en el ascensor de la escuela la niña más guapa que hay a este lado del río. Le he visto otras veces por los pasillos, pero nunca le había tenido tan cerca. Es preciosa, aunque llevaba demasiado maquillaje (poco en realidad, pero le sobraba todo).
Mientras subíamos le dije una tontería a mi amigo, la amiga de ella dijo otra tontería sin ninguna relación y a continuación mantuvimos todos el más opresivo silencio que se conozca. La presión del aire aumentó varias atmósferas, aunque después Jose me dijo que no había notado nada. Ellas salieron primero y se dirigieron al aula de ordenadores ganma, nosotros entramos en la delta (no me gusta perseguir mujeres, por guapas que sean).
Un rato después volvió a aparecer de improviso y se sentó a la izquierda de Jose (yo a su derecha). Durante media hora agónica me dabatía entre decirle algo o no hacerlo, sabiendo de sobras que no lo haría y que más tarde me arrepentiría (como ahora lo hago). Se fue y pensé que no volvería a tener una oportunidad tan clara de mirarle y mandarle aunque sólo sea una sonrisa. Viéndole irse pensaba que si tenía otra oportunidad le diría cualquier cosa, "hola", lo que sea. Ver en su cara (¡ahh, qué cara maravillosa!) una mueca de rechazo no será tan desagradable como no haberlo intentado.
Pero esto lo pensaba creyendo que esa oportunidad no se repetiría. Y se repitió.
Tres horas después nos dirigimos 4 amigos a la sala de conferencias. Les dejo haciendo cola (haciendo bulto más bien, la cola no existía como tal) mientras yo alivio mi vejiga. Y cuando vuelvo ¡madita sea! ella está allí mismo, a un metro escaso. Uno de mis amigos conoce al grupo que le acompaña aunque no a ella y están charlando. Durante diez minutos le tengo a mi lado, a mi espalda, frente a mi, y yo sólo consigo pensar que la tierra tendría que tragarme.
Dentro de seis días cumplo 27 años pero aún me comporto como un puto quinceañero. Todo esto no es una lamentación patética. Es un merecido escarnio público.
En la próxima oportunidad le diré cualquier cosa, "hola", lo que sea.
viernes, marzo 04, 2005
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