sábado, agosto 28, 2004

Síndrome borgiano

Imaginemos un lenguaje A (usado por el señor Atre) en el que:
  • 'itoi' sea un sustantivo, por ejemplo 'coche'
  • 'ig' sea un verbo copulativo (i.e. ser, estar, parecer, etc.)
  • 'oji' (pronunciado oyi) sea un color
Imaginemos un lenguaje B (usado por el señor Bhys) en el que:
  • 'itoi' sea el pronombre personal de 2ª persona ('usted')
  • 'ig' sea un verbo copulativo (i.e. ser, estar, parecer, etc.)
  • 'oji' (pronunciado oyi) sea un adjetivo despectivo
Y supongamos que ambos señores desconocen el lenguaje que el otro habla.
¿Qué ocurriría cuando el señor Atre le dijese al señor Bhys: "itoi ig oji"?.

Se me ocurrió mientras estudiaba "Tecnología Básica de las Comunicaciones" (así me va la carrera) y pensé que venía por mi reciente afición al Esperanto y mi vieja afición a las tonterías, pero no. Después me di cuenta de que la idea no es mía, inadvertidamente se la robé al genial Borges que la propone, aunque con más imaginación y calidad, en su relato La biblioteca de Babel.

Parece una tontería porque un lenguaje no surge de buenas a primeras y la probabilidad de que sean sintácticamente idénticos y semánticamente distintos debe ser cero (un cero muy grande pero cero a fin de cuentas). Sin embargo, en las tecnologías de la comunicación tenemos que cualquier mensaje es una ristra de ceros y unos. Y, además, en ese ámbito se inventan lenguajes nuevos cada dos días... ¿Cuál debe ser la probabilidad de que una ristra de bits que forman una fotografía de un mar en calma sea interpretada por el destinatario como un texto que habla sobre la vida sexual del diplodocus?

No hay comentarios: