lunes, noviembre 29, 2004

Aznar es el puto amo

Y no es un sarcasmo. Lo pienso sinceramente. Él sabe lo que tiene que decir y no deja que las preguntas le desvíen de este objetivo. Dicho de otra forma: las preguntas le entran por un oído y le salen por el otro. A continuación, él suelta el discurso victimista, conspiratorio o de ataque frontal a su entrevistador, según el caso.

Durante las tres o cuatro horas que he podido atender la comparecencia de Jose María Aznar en la comisión de investigación del 11-M no ha parado de mear fuera del tiesto y de lanzar balones fuera. Y se lo están permitiendo.

Quienes tienen que preguntar tenían dos opciones:
  • Centrarse en la investigación y hacer las preguntas pertinentes sin sacar conclusiones ni hacer insinuasiones que todos conocemos y algunos niegan.
  • Cebarse con el energúmeno del bigote.
Cualquiera de las dos me parece bien en principio. Pero han optado por la segunda sin valor y con timidez. Mala combinación.

Aznar ha trascendido el estatus de estadista mundial y ya vuela como maestro de maestros, por méritos innegables. Los sofistas a los que Sócrates se enfrentaba eran bebés de pecho comparados con el nuestro. Qué habilidad para decir blanco diciendo negro. Realmente inmejorable.

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