El titular lo dice casi todo. Sólo queda añadir que ese cerebro construído en laboratorio es capaz de manejar un simulador de vuelo.
No falta mucho (puede que un siglo o algo más) para que tengamos tanques y aviones pilotados por cerebros sin cuerpo. ¿Qué pasará cuando los mandos de un caza-bombardero esté en manos de un cerebro construído en un laboratorio?
domingo, noviembre 14, 2004
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