Es más, las Autoridades no deben olvidar que la moral «se funda en Dios, que es el primer principio y el último fin». Lo que conduce a la Iglesia de Juan Pablo II a afirmar que «no basta el consenso popular para justificar una acción política»
Interesante. Valiente por parte del papado salir con estas reivindicaciones a estas alturas, pero al final no se atrevieron a dar el último paso.
La moral se funda en Dios y no basta el consenso popular para justificar una acción política. Lo único que justifica una acción política es la voluntad de Dios. Y la única forma de conocerla es a través del Papa. De modo que antes de dictar leyes el poder ejecutivo debería pedirle permiso al oráculo de Delfos. Me pregunto si la corte del Papa se hincha a drogas como hacían los medium de otras culturas.
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